viernes, 25 de marzo de 2011

Nepal. Valle de Katmandú (parte II)

Tras la relajada jornada del día anterior por la huelga general, teníamos que recuperar el tiempo perdido, es por ello que muy temprano nos dirigimos a Bhaktapur.
Este pueblo esta algo mas alejado que el resto y lo curioso es que para entrar nos cobraron una tasa por entrar, algo totalmente ilegal pero que muchos pueblos del valle habían adoptado ante la falta de medios económicos para mejorar la infraestructura de la localidad.
Tras paga el impuesto “revolucionario” regresamos 500 años hacia atrás en el tiempo.



Declarado patrimonio de la humanidad, este pueblo fue sacado en la película “el ultimo emperador” y por méritos propios es para mi es el mas bello del valle. Sus pequeñas plazas aledañas al centro era un remanso de paz y sosiego.



En el centro de la antigua capital encontramos majestuosos palacios, templos y edificios ricamente ornamentados.





Al terminar la visita tuvimos la oportunidad de callejear y hacer compras del mercadillo local.



Aunque lo mas curioso fue la escuela de pintura local de mantras tibetanos. En ella nos enseñaron como pintan estos magníficos cuadros donde se llega a tardar más de 2 meses en su terminación.




La religión del sosiego. El budismo
Para cambiar completamente de registro, nos dirigimos a Boadhanath. La comunidad tibetana en el exilio tiene en este pueblo uno de sus principales centros de aprendizaje y peregrinación. Tanto budista como tibetano buscará la mayor stupa del mundo.


Esta impresionante mole alberga en su interior una reliquia de Siddhartha Butama (la que todos conocemos como Budda) pero no se puede entrar ya que la cámara es estanca y no es accesible para nadie. Los fieles dan 7 vueltas alrededor de la estupa mientras van rezando y moviendo los molinos de oración.


De vez en cuando veíamos algunos monjes con su particular indumentaria.


Pudimos ir al Asram (lugar de descanso y meditación) que tiene Richard Gere donde los pijos occidentales se relajan y en teoría meditan. Aunque teniendo en cuenta que en el sur del país el cannabis se planta como cualquier verdura, es de suponer que el nirvana no se tarde mucho tiempo en alcanzarlo.
Volvimos a la estupa donde comimos en un restaurante cercano, con tiempo libre para más compras. Es aquí donde se puede encontrar los chaquetones y polares de North Fase de imitación a muy bajo precio. Ya sabéis que el regateo es un arte en estos países. Aunque encontré unos polares muy calentitos Pero a un precio exorbitante, muchos del grupo consiguieron algunas prendas después de pelear bastante.

La tarde estaba decayendo y nos quedaba aun un sitio por ver. El templo de Swayambhunath o también conocido como "El templo de los Monos". Este templo se sitúa en una enorme colina que domina prácticamente todo el valle. Los fieles deberán subir los 700 escalones para llegar al templo y cumplir con la tradición. Gracias a dios estamos en el siglo XXI y los monjes tuvieron a bien realizar un pequeño parking a pocos metros de la cima para un mejor acceso. Solo había que subir apenas 100 escalones, de noche y en un lugar rodeado de monos.


El lugar estaba infestado de estos bichos. Que aunque no lo parezca son peligrosos. Pueden robarte cualquier cosa que tengas y lo peor es que te pueden morder si se ven acorralados y transmitir enfermedades.
Con mucho cuidado subimos hasta la impresionante stupa de Swayambhunath donde nos aguardaban mas monos. Suerte que los monjes del lugar los espantaron para que pudiésemos hacer la visita tranquilamente.


El complejo es enorme. Con la gran stupa en medio, los templetes y símbolos budistas se suceden por su alrededor. En uno de los laterales se encontraba las dependencias de los monjes y al otro el santuario.


Este lugar es famoso también por albergar cenotafios de personalidades importantes de la región.


Terminada la visita, volvimos con cuidado al autobús escuchando el inquietante chillido de los primates a nuestro paso.






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