sábado, 5 de marzo de 2011

India del Norte. Agra

Como una imagen vale más que mil palabras, he aquí la mejor forma para describir esta ciudad:


Aunque para poder contemplarla aun nos quedaban muchas horas por delante.
El día comenzó bien temprano y a las 5 de la madrugada ya salimos de la ciudad rosada. Dejando atrás Jaipur y el Rajasthan no sin la promesa de volver y descubrir sus secretos.
Las 6 horas de viaje se nos hacía interminable si no fuera por Miguel y sus historias de palacio y zarzuela. De camino hacia Agra, paramos en una breve visita a la ciudad arqueológica de Fatehpur Sikri.

La ciudad fantasma
En el Siglo XVI el emperador mogol Akbar, mando construir la ciudad, que sería capital de su imperio. Durante más de 14 años, cientos de esclavos levantaron la ciudad, la cual inexplicablemente fue abandonada 10 años después de terminar su construcción. Siendo pasto de los saqueadores, que arrasaron con los tesoros y objetos valiosos. Es increíble el estado de conservación tan bueno que tiene la ciudad después de 400 años de pillaje y abandono.



Este emperador era un hombre muy sabio, se casó con 3 mujeres, cada una de una religión distinta, para así tener controlada a las facciones religiosas. Por eso en los muros de la ciudad y el palacio puede verse símbolos hinduistas, la cruz cristiana y versos del Corán.


La intrincada filigrana de sus paredes y techos es digna de mención. Todo en una perfecta simetría. 
Paseando por sus edificios me recuerda este lugar a películas de dinastía, como "el último emperador". Imagínense el emperador andando en un mar de alfombras y flores, con cientos de sirvientes a sus espaldas, mientras unas bailarinas danzan al son de la música para entretener a las esposas del emperador, las cuales observan y charlan despreocupadamente.

Agra, ciudad de luces y sombras
A la hora de almorzar nuestro hotel nos esperaba. Aunque era un hotel correcto de la cadena Gateway, desde luego no era el hotel-palacio de Jaipur. A la hora acordada y tras un breve descanso, salimos para visitar la ciudad.
Entre miles de personas, coches y animales, nuestro autobús pudo llegar a la entrada de nuestra primera visita, el Fuerte Rojo. Sus impresionante muros, puertas anti elefantes y fachada daba una idea de la grandiosidad de esta dinastía en la India. He aquí donde se hace más patente, el papel tan importante que jugaron los elefantes, como letales animales de batalla. Con su gran coraza, los colmillos los protegían con pinchos para que así en una embestida brutal, el enemigo quedase ensartado o descuartizado.



El palacio es enorme. Todo detalladamente en mármol blanco esculpido. En la foto de arriba puede verse una de la grandes patios interiores y al fondo la sala de audiencias públicas donde el emperador dictaba sentencia en los conflictos de su pueblo


Cuenta la leyenda que el emperador Shah Jaham quedo recluido, por orden de sus hijos, en sus aposentos. Condenado a vivir sus últimos días, contemplando la tumba de su esposa.
Tras la visita, nuestro autobús nos esperaba para llevarnos a una de las 7 maravillas del mundo.


Un monumento al amor
Después de pasar las innumerables medidas de seguridad, accedimos al patio interior del recinto. Antesala del mausoleo. Entre empujones y algún que otro pisotón, llegamos a la puerta de entrada de los muros exteriores y allí te quedas sin habla. La gente se queda parada y comienza a hacer fotos como locas. La perfecta simetría se dibuja en esta magnífica edificación, una obra de arte y una maravilla incuestionable.
Tal vez eso es lo que quería conseguir el emperador Shah Jaham, cuando mando construirlo al morir su esposa Mumtaz Mahal, al dar a luz a su ultimo hijo. 
Tan enamorado estaba el emperador que llamó al mejor arquitecto del imperio y asesino a su esposa para que así sintiera lo mismo que él estaba sintiendo. Se tardaron más de 20 años en terminar todo el recinto, y que se utilizaron más de 20.000 obreros. Los cuales el emperador mando cortar las manos de todos para que así nunca jamás pudiesen hacer algo igual.


Ahora sí puedo decir ¡¡Estoy en la India!!. Qué lugar más característico que este para inmortalizar y recordar. Nos acercamos lentamente hacia esta perla de mármol y sus dimensiones cobran todo su esplendor. A sus pies nos descalzamos para proteger el delicado suelo 
Absolutamente todo esta tallado en mármol blanco de primerísima calidad. Su entramado esculpido en la piedra es digno de mención mientras observas los huecos que dejaron los saqueadores británicos, llevándose las miles de piedras preciosas de sus paredes.



Tras esperar una larga cola, accedemos al angustioso interior. Oscuro como el corazón del emperador, en medio de la gran sala esta la tumba de su mujer. Y a su lado, rompiendo con toda la simetría del lugar, la tumba del emperador. Todo ello exquisitamente tallado. Lástima que no dejaban fotografiar.
Salimos de allí sofocados ante tanto gentío y lo rodeamos para observar los bellos edificios que los circundan. A un lado una mezquita y al otro una escuela coránica. 


Si observáis bien, las fotos tienen una pequeña niebla. Es la contaminación de Agra, que entre otras cosas está consiguiendo amarillear el mármol. Complicado lo tiene si quieren solucionarlo, en una ciudad de 1 millón y medio de personas.
De camino a la salida, y alejándote no puedes parar de volverte y mirar atrás. Sigues sin creer donde estas. Tras una breve pausa a la espera del ocaso, el grupo se hizo la foto de rigor, que marcaría nuestro viaje.


Salimos hacia nuestro autobús donde nos abordaban cientos de niños pidiéndonos dólares y euros o vendiéndonos pequeños souvenirs. La tasa de analfabetizacion en la india es escandalosamente elevada aunque la escolarización es obligatoria. La toma de contacto con estos pobres niños será un anticipo ante la dura experiencia que nos tenía preparada nuestro guía.
Por votación popular, Miguel nos ofreció enseñarnos uno de los tantos orfanatos que tienes las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta por toda la India.
Llegamos al pequeño recinto humilde que se compone de dos pequeñas casas y un patio central. Entramos en la primera donde pillamos a un pequeño grupo de niños de entre 4 o 6 años cenando. Nuestra presencia los alteró y todos comenzaron a abrazarnos y a jugar con el grupo. 
Junto con el guía y una cuidadora del centro nos enseñaron las dependencias donde tenían a los recién nacidos que habían sido abandonados a su suerte. Conté más de 20 cunas en la habitación, todas ocupadas. Muchos niños lloraban a moco tendido ya sea por hambre o por lo enfermos que estaban. Otros simplemente no paraban de reír ante nuestra presencia.


Observe una habitación contigua que el grupo no se atrevía a entrar. Estaba enrejada y de su interior solo salían lamentos. Mas cunas y algunas camas de niños pequeños con malformaciones, afectados de polio, deficiencias mentales o diversos problemas físicos. Nuestro guía entró a la habitación diciendo "Estos son los que nadie quiere" 
Todos nos quedamos sin habla. Mudos ante esa imagen tan dantesca. Muchos de esos niños no estarían en esa situación si hubiesen tenido un tratamiento adecuado. 
Con los corazones destrozados ante tanta desigualdad abrazamos a los pequeños entre sollozos y lágrimas hasta que llego la madre superiora. Su presencia nos calmó a todos y empezó a repartir los caramelos y dulces que habíamos traído


Estas valientes mujeres dejaron todo cuanto tenían para cuidar a los niños que nadie quiere y que fueron abandonados. Su presencia despide una paz que se ve reflejada en la cara de la hermana. ¿Qué más sacrificio que este puede uno hacer?
Ninguno. Desde luego, si hay un cielo a donde ir, estas personas tienen ya el pase VIP.
Antes de despedirnos de la hermana le dimos un generoso donativo, agradeciéndonos a todos nuestra visita.



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2 comentarios:

  1. jaja gracias aunque en la india es dificil no hacer buenas fotos, porque el pais es increible

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